Una cita con mi madre

Hoy salió el sol en la Ciudad de México y la luminosidad del día fue tan brillante que ya se me había olvidado que esta ciudad, la región más transparente que alguna vez describió Carlos Fuentes, pudiera ser así.

Tuve una cita con mi madre y he vivido uno de los mejores días de mi vida. Me propuso que hiciéramos un picnic en algún parque de la ciudad y tomamos el coche con rumbo desconocido. Me encantó su invitación y sobre todo, sus ganas de vivir. A sus 80 años no deja de darme sorpresas: se enoja a veces como adolescente, tiene fuerzas para estudiar un Diplomado en Grafología, teje para sus nietos y sobrinos, se pelea con Zúcaro y deja que el pequeño felino se siente en su cabeza, ve series de policías y ladrones, lee todos los días novelas y no deja de desmenuzar el periódico y sorprenderse con las noticias, está al pendiente de sus hijas, su hermana, sus nietos por supuesto, tiene un blog y se pelea con la computadora porque no acaba de entenderle bien.

Hoy, con este esplendoroso día, quiso salir a comer a un parque. Preparó unos deliciosos sandwiches de pechuga de pavo, queso manchego y queso panela, una ensalada de jitomates y llevó jugos de verduras para las dos. Puso todo en una canasta con servilletas, tenedores y platos y me espero para ir a comer. ¡Wow! Es increíble.

Fuimos a un parque que se encuentra cerca de su casa. La ayudé a bajarse del coche pues quedé tan pegada a la banqueta que le costaba trabajo hacer fuerza y tomar impulso para dar un paso afuera. Nos sentamos en una banca a la que le daba el sol y nos cubrió con sus rayos durante más de una hora y media. Con un gran gusto se sentó en esa banca, se recargó en ella -los pies sin tocar el suelo- y se dispuso a comer lo que había preparado.

No paramos de reírnos, se acordaba de que hace algunos años se iba al parque "con su mamá". Increíble, pero cierto. Mi abuelita murió hace poco más de un año a los casi 103 años. A los 95 ambas se iban de día de campo al parque. Hay cosas que simplemente, se heredan. Tomó su jugo de verduras y no dejó de hablar.

La observé con muchísimo cariño, con gusto y orgullo. Esa gran mujer que a pesar de sus miedos y sus fuerzas que a veces flaquean, sigue atreviéndose a hacer cosas y es capaz de darnos lecciones sobre la vida todos los días.

La adoro.

Hoy fue un gran día y el sol salió en muchos sentidos. Qué afortunada soy.

Imagen:picnicfun

Comentarios

AMOROSAMENTETUYO ha dicho que…
Hola Clau:

Cada vez que compartes momentos tan especiales, tan personales y tan intimos y maravillosos como éste, que a su vez viviste con tu mami, haces que uno te colme de bendiciones y parabienes.
Gracias por dejarnos empapar de tu esncia y calidez.
Un abrazo
Amorosamentetuyo
LaClau ha dicho que…
Gracias Amoroso querido,
Soy afortunada por poder disfrutar a una mujer como ella y por tenerte a ti como amoroso amigo.
Un abrazo grande también para ti.

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